El partido entró en una dinámica muy favorable para Nadal en el último set. Fernando González, exhausto en el plano físico y derrumbado en el psicológico, comenzó a perder la fe en la remontada y cometió diversos errores no forzados.Ante esta tesitura, Nadal se movió como pez en el agua. El mallorquín sacó a relucir los passings que le han encumbrado a lo más alto del tenis mundial y vapuleó a un dignísimo rival.Una escalada digna del número uno.
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